El Emperador continúa su juego de Ajedrez
Escrito por: Fredi Orlando Quintanilla Henríquez
“En un juego de ajedrez, donde son dos los que participan, la meta es dar jaque mate al adversario”
El juego no es nuevo… para el imperio. Hay mucha data que confirma que las piezas del ajedrez (un rey, una reina, dos alfiles, dos caballos, dos roques o torres y ocho peones) se han movido históricamente para dar jaque mate al adversario.
Así, hay datos del 27 de junio del año 1954 cuando hubo golpe de Estado contra Jacobo Arbenz, en Guatemala; el 11 de septiembre de 1973 a Salvador Allende, en Chile y, otros más, donde la lógica siempre fue imponer dictaduras militares que aseguraran la ejecución de las políticas impuestas por el imperio en el marco de la recordada guerra fría. Esto solo para citar alguna referencia histórica y, en cada uno de esos hechos bochornosos para la historia de la humanidad, estuvo metida la mano de Estados Unidos.
Hoy, las piezas del ajedrez siguen moviéndose y llevando una lógica en dirección clara para dar jaque mate… a Venezuela.
Desde 1998, año en que Hugo Chávez Frías llega a la Presidencia por la vía político-electoral, a los Estados Unidos y las burguesías oligarcas, tanto nacional e internacional, se le empezaron a cerrar los espacios para continuar saqueando y explotando los recursos naturales como el gas y el petróleo, particularmente, que habían venido realizando a lo largo de toda una historia y de lo cual sus riquezas se vieron rápidamente incrementadas a cambio del sufrimiento del pueblo que pese a contar con esa valiosa riqueza, no gozaban del usufructo de las mismas.
Toda esa lógica del mercado neoliberal implementado por los Estados Unidos desde la década de los 70`, aproximadamente, sufrió una fractura con la nueva política económica y social impulsada por el Presidente Hugo Chávez en dirección a la construcción de un socialismo del siglo XXI.
Dichas políticas posibilitaron la nacionalización de empresas claves – como PDVSA – que otrora estuvieran en manos de la burguesía y la oligarquía de Venezuela en contubernio con las empresas transnacionales que se apropiaban de los recursos naturales producidos en suelo venezolano.
De ese giro en la política económica y social impulsada en Venezuela por el Presidente Chávez, surge como contrapropuesta al CAFTA-TLC impulsado por los Estados Unidos de Norteamérica, el ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América), lo cual significó un duro golpe político-económico en contra de la política expansionista, de dominación y de explotación del imperio para con los pueblos de América Latina, espacio geográfico que siempre ha considerado como su patio trasero en el marco de la añeja doctrina Monroe (1823) identificada con el epígrafe: “América para los americanos”.
Fruto de esa contrapropuesta (ALBA), muchos países del área Centro y Sur Americana, incluido El Caribe, dijeron NO al CAFTA-TLC con Estados Unidos, lo cual encendió los ánimos y alteró los decibeles en los tamboriles de guerra del imperio, en ese juego de ajedrez donde siempre ha mantenido hegemonía en el control de las piezas.
Por eso no resulta extraño ni complejo de entender lo sucedido en Honduras – miembro del ALBA durante el gobierno de Zelaya – el 28 de junio del año 2009, donde el imperio movió sus piezas de ajedrez – alfiles y peones de siempre: la burguesía, la fuerza armada y el cuerpo de agentes de “seguridad pública” – para dar jaque mate a Manuel Zelaya, Presidente legítimo del vecino país en ese momento. Esa nefasta historia aún se sigue escribiendo con sangre derramada por los que aún luchan contra el gobierno espurio de Porfirio Lobo quien llegó a la Presidencia en unas elecciones amañadas y celebradas sin contar con el marco jurídico constitucional pertinente, fruto de la violencia gestada contra la institucionalidad que implicó el golpe de Estado al derrocado Presidente Zelaya.
Eso hace valorar que los golpes de Estado que el imperio impulsa son de nuevo tipo, con una caracterización distinta si se le compara con los acontecidos durante las décadas de la guerra fría, pero cuya intencionalidad o finalidad de fondo no deja de ser la misma…la hegemonía y el control sobre los países de América Latina, pueblos que en la última década del siglo XX e inicio del presente siglo, han venido despertando del letargo en que el imperio los había tenido sumergidos por largos años de historia salvaje de dominación, opresión, explotación, despojo y saqueo.
En ese panorama descrito se inscribe otra pieza del ajedrez – el caballo – dispuesta por el imperio con orientación guerrerista hacia Venezuela. Esa pieza es Colombia, la que demostró en marzo del año 2008, con el ataque a miembros de las FARC que yacían en territorio ecuatoriano, que salta sobre las fronteras de otros países sin importarle el derecho internacional y la soberanía de los pueblos vecinos.
No por casualidad el ex presidente Uribe firmó sendos convenios con el imperio a efectos de que éste montara 7 bases militares en territorio colombiano. La apuesta está dirigida a sitiar al gobierno del Presidente venezolano Hugo Chávez Fría para restarle márgenes de movilidad y correlación política en el área latinoamericana y del Caribe. Esa es la lógica intervencionista y guerrerista del imperio.
Lo de Honduras, lo que se está proyectando en El Salvador y lo acontecido en Ecuador en días recientes, no son más que espacios geográficos donde la política guerrerista del imperio se pone a prueba en la lógica del ensayo-error para tomar el pulso y actuar con más contundencia en un momento determinado contra quien ve como su principal adversario…Venezuela.
Lo sucedido en El Salvador con el paro al transporte público impulsado por empresarios de ese sector por supuestas amenazas de pandilleros y mareros, huele a pólvora a punto de estallar para gestar un golpe de Estado técnico por la ruta de la “ingobernabilidad” e “incapacidad” del actual gobierno del FMLN, tal cual lo publicita el partido ARENA representante de los intereses de la burguesía y la oligarquía, para crear condiciones subjetivas en la masa de la población que puedan favorecer las intenciones de una posible acción golpista.
En los días recientes, otras piezas del ajedrez se han movido en Ecuador, jugada que se pone aún más cerca del rey del ALBA... Hugo Chávez Frías, Presidente Constitucional de Venezuela, que junto al PSUV acaba de asestar otro duro golpe a la derecha en las recién pasadas elecciones democráticas celebradas el 26 de septiembre del año en curso.
Cuatro días después de ese proceso electoral – 30 de septiembre del año presente – el Presidente constitucional del Ecuador, Rafael Correa, también sufrió una intentona de golpe de Estado a manos del cuerpo policial que, supuestamente indignado por la aprobación de una nueva Ley que regula los beneficios de índole salarial y social con el principio de equidad, se tomó por la fuerza el regimiento número 1 en Quito, pero que ligeramente salieron al aire noticias de la inminente injerencia del imperio en el fallido golpe de Estado en Ecuador.
Rápidamente las piezas del ajedrez favorables al Presidente Constitucional Rafael Correa, se pusieron a la defensiva de otro intento de jaque mate por parte del imperio. El pueblo ecuatoriano, en una demostración más de apoyo a su Presidente, a la justicia, a la democracia y a la institucionalidad, salieron al paso de las malévolas intenciones de la burguesía nacional y de los interesados en desestabilizar el gobierno del Presidente Correa, como Lucio Gutiérrez, destituido ex mandatario, quien exigía disolver el Parlamento ecuatoriano y convocar a nuevas elecciones, sumado a lo cual estuvo el violento e ilegal acceso al Canal televisivo estatal del Ecuador junto con algunos seguidores retrógrados que no aceptan la Revolución Ciudadana en marcha e impulsada por el Presidente Correa.
Los alfiles y peones golpistas se pusieron a funcionar pero se les interpusieron otras piezas en el juego de ajedrez. Esas piezas hicieron posible la liberación del Presidente Correa que había permanecido secuestrado al interior del hospital de la Policía durante la fallida intentona golpista.
Los hechos descritos dejan en evidencia que el imperio contra ataca en cualquier lugar y en cualquier momento para recuperar la hegemonía que le ha sido arrebatada por Venezuela, Ecuador y Bolivia, con mayor énfasis. Eso presagia a futuro que Estados Unidos no descansará hasta lograr que los gobiernos de izquierda de América Latina, hayan sido derrotados por la vía electoral, por la vía golpista o, en última instancia, por la vía de la invasión militar, como ha sucedido en el pasado, en el presente y recientemente con los pueblos del medio oriente.
Eso debe poner en alerta permanente a los pueblos y a los Partidos de Izquierda. Obligan los acontecimientos actuales, a la Izquierda Latinoamericana, a estar más enraizada con el pueblo, con los pobres, que son los que acuden a las calles sin importar las consecuencias y sin temor alguno, a enfrentar a las fuerzas militares o policiales, como en el caso de Ecuador, cuando el imperio pretende mover las piezas del ajedrez para dar jaque mate a su adversario.